Son tipografías aparecidas en el siglo XX gracias al gran avance industrial y responden a la necesidad del hombre de adaptar las letras para comunicarse con las máquinas o ser mostradas en pantallas pixeladas.
Las tipografías OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres) fueron diseñadas para que pudiesen ser leídas tanto por hombres como exploradas y descodificadas por las máquinas gracias a sus formas sencillas esquemáticas.
Optimizadas para ser mostradas en dispositivos de baja resolución, su destino no es el papel sino la pantalla del ordenador. Están diseñadas teniendo en cuenta la retícula de píxeles para que puedan ser legibles.