Después del éxito conseguido en 1990 con la Bodega Sans, Greg Thompson decidió diseñar dos años después esta versión con remates. La Bodega Serif posee las mismas variantes de grosor y estilos que la Bodega Sans, pero con serifs y un mayor contraste entre los palos, proporcionándole una interesante apariencia Art Decó. Sus letras, igual que en la versión Sans, poseen unas proporciones muy estrechas, que unidas a las singulares formas que las forman la hacen muy apropiada para publicidad, titulares y cualquier empleo de exhibición.