Una de las tipografías más admiradas y usadas de Hermann Zapf. La diseñó en 1948 basándose en las formas clásicas del renacimiento italiano. En 1950 fue cortada por August Rosenberger para la fundición Stempel AG en Frankfurt y posteriormente adaptada para la máquina de composición de Linotype. Sus líneas y formas clásicas fueron optimizadas para conseguir un buen resultado en las máquinas de impresión del siglo XX y una legibilidad sobresaliente incluso en tamaños pequeños y papeles de baja calidad. Su nombre se escogió en honor a Giambattista Palatino, uno de los grandes calígrafos del renacimiento. Hoy en día se puede considerar como una obra clásica moderna, que funciona tanto en titulares como en texto aunque Zapf la diseñó en un principio para ser usada en tamaños grandes.